Tuesday, October 04, 2005

3. Lo cinemático

EL CINE (LO CINEMATICO) ES un acontecimiento trascendental en todo sentido, ya que, de hecho, todavía no podemos imaginar ni racionalizar lo que habrá de marcar en la psique de la especie; apenas vemos aparecer el cine dentro de la existencia mortal, no ha cumplido todavía ni un siglo completo de práctica social, apenas deviene completamente cotidiano por medio de la tv y la videograbadora; por ello hay que pensar cada vez más en común y más en serio el precio y aprecio que le debemos otorgar a la experiencia cinemática, o sea, su valor real, el valor que tiene en nuestra vida personal y lo que significa en y para el siglo que la ve comenzar a existir como nueva figura de la conciencia, el siglo que la conoció convertida casi únicamente en mercancía hiperfetiche de la industria cultural del capitalismo tardío... un siempre "gris" dispositivo mercantil para enajenar el sufrimiento real de todos y de todo, como un etéreo pero letal opio de la postmodernidad sin chiste, un soporífero para olvidar el sufrimiento que impone la depauperación creciente de la fuerza de trabajo, o sea, como la mercancía cultural del mundo planetarizado a la fuerza por el capitalismo tardío (fase donde el modo de producción subsume el consumo, o sea, el valor de uso, y determina para consumir sin consciencia la conciencia del consumidor; fase donde el capital produce, transmite y consume la cultura colectiva). Y por eso mismo, por su pertenencia íntima al capital, el cine también puede ser la mercancía que, paradójicamente, deviene anti-mercantil, la mercancía que revela la parte maldita, lo interdicto: arte y filosofía y al mismo tiempo la superación del arte y la filosofía... pensar el pensar... Un nuevo pensamiento, un comunicar(se) radicalmente diferente, la respuesta al trabajo de la tradición contracultural sobre el acontecimiento de pensar con la mirada y de mirar el pensamiento. El cine, entonces, por el lado negativo, funciona como anestesia y amnesia de la(s) libertad(es) radical(es). Pero por el otro lado el cine es el territorio donde habla el porvenir salvaje, el sitio fantasmático donde se expresa el gesto que sale del encierro. Por su sombra perversa el cine es la mercancía que sale y hace salir afuera del modo de producción capitalista, hace acontecer su paradójica, inquietante de(s)construcción desde el espíritu. La profecía. Y funciona como lugar de encuentro y zona de acuerdo con el otro, la sociedad y el cosmos. Cosa Real del Mercado Real, si se desea en tono lacaneano. Pero también Cosa expresión del Falo como relato: La Forma-Novela (ficción subjetiva). Y también la Cosa del entretenimiento como ocupación del tiempo para construir y desconstruir la conciencia, tarea real de la Libertad en acto. Ser interpretante -- de Esta Esritura, El Cine, que no cabe de ninguna maner en ésta. Y sin embargo, desde aquí se nombra y representa... El Cine.